La alcaldesa y las asociaciones vecinales de la zona respaldan la candidatura elaborada por la entidad cultural, que intenta conseguir el premio para el concejo por cuarta vez
La asociación Langreanos en el Mundo presentó este jueves en el Ayuntamiento de Langreo la candidatura del Valle de Samuño al Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias que convoca la Fundación Princesa de Asturias. En un acto que contó con la presencia de la alcaldesa, Carmen Arbesú, los hermanos Jorge e Inés Praga, respectivamente vicepresidente primero y vocal de la junta directiva de la entidad, entregaron al consistorio una copia del dossier enviado a la organización del galardón y resumieron los principales méritos de los diversos pueblos del valle para aspirar a su concesión.
«Asturias tiene una deuda institucional con las localidades mineras porque la minería puso a Asturias en el mapa y le aportó riqueza, inversiones, cultura, prestigio, industrialización y avances en la lucha obrera y el estado del bienestar. Asturias, sin embargo, nunca pone a la minería en su mapa y prefiere promocionarse con imágenes arcádicas como de La aldea perdida», señaló Inés Praga, catedrática jubilada de Filología Inglesa en la Universidad de Burgos.
En nombre de Langreanos en el Mundo, Jorge Praga, resumió la «enorme ilusión» de la entidad que agrupa a personas naturales del concejo emigradas y dispersas por distintos lugares de España y de otros países por conseguir un premio al que el Valle de Samuño se presenta por cuarta vez. «Preparar la candidatura ya es un premio en sí mismo porque es un trabajo muy grato. Conseguir el galardón ya sería el remate para invitar a descubrir Samuño y Langreo», señaló Praga, catedrático de enseñanza secundaria en un instituto de Valladolid.
La candidatura está apoyada por las asociaciones vecinales de la zona y por la entidad cultural langreana Cauce del Nalón, que enviaron representantes al acto en el salón de plenos del Ayuntamiento. El Valle de Samuño ocupa unos 15 kilómetros cuadrados. Su núcleo de población más importante es La Nueva, pero en sus laderas están situados también numerosos pueblos: Pampiedra, El Cadavíu, Cardiñuezu, Omedines, El Carbayu, La Mosquitera, La Casona, La Teyera o El Cau. Importante centro de actividad minera desde el siglo XIX, la decadencia de ese soporte económico ha llevado a sus habitantes a promover a través de la Asociación de Vecinos San Luis el Ecomuseo Minero, que atrae a unos 30.000 visitantes al año, y a difundir el Paisaje Protegido de las Cuencas Mineras.
«El Valle de Samuño es un microcosmos de la minería, una síntesis de la epopeya minera de Asturias, que tal vez ha sido breve en el tiempo, pero también impresionante. En él encontramos un enclave agrícola y ganadero que ha conocido todas las fases de la industria minera desde las explotaciones de montaña hasta los pozos en profundidad y este cierre tan abrupto. Todo ese proceso ha dejado huella en el paisaje y en el paisanaje porque la minería genera carácter y pone al grupo por encima del individuo», añadió Jorge Praga.
Para compensar el cese de la actividad extractiva, los pueblos del Valle se han centrado en las décadas transcurridas desde el inicio del siglo XXI en potenciar sus actividades sociales, culturales y deportivas. Las fiestas de El Carbayu, que celebran a la patrona de Langreo y están declaradas de interés turístico regional; el Concurso de Canción Asturiana de Les Mines en La Nueva; el trail anual en el que los participantes recorren tanto las crestas del paisaje como las galerías del interior del pozo San Luis; el apadrinamiento de castaños en El Carbayu o los mercados tradicionales de Pampiedra y La Nueva son ejemplos de iniciativas del tejido asociativo vecinal. «El valle y sus habitantes encontraron nuevas fórmulas colectivas para renovar su supervivencia y continuar su aventura de mutua lealtad», indicó Jorge Praga.
La alcaldesa, a su vez, expresó el respaldo del Ayuntamiento a la candidatura, a la que también se han unido todos los exalcaldes y exalcaldesas vivos. «Nos gustaría compartir con toda Asturias la historia circular de este Valle tan singular. Empieza en un enclave agrícola, gira hacia la minería y vuelve hacia los manzanos y los kiwis que hoy dan otra vez color verde a lo que durante décadas fue negro», resumió Carmen Arbesú.