No hago promesas vanas, sino que hablo de compromisos ya aprobados por el Pleno y con dinero garantizado y reservado para ellos.
El trabajo ha permitido conseguir en pocos meses desbloquear los grandes proyectos que llevaban años atascados: el soterramiento, el nuevo Palacio de Justicia y la rehabilitación de los Talleres del Conde.
Tenemos en cartera peatonalizaciones, una ambiciosa mejora del polideportivo de Riaño, actuaciones en el parque de Sama, una gran reforma de la plaza Merediz y la plaza de abastos en La Felguera.
Langreo recupera su 8 de septiembre, el día del concejo en el alto de El Carbayu. No hubo actos civiles en 2020, solo celebraciones religiosas. La pandemia impuso una pausa en la tradición. La mejoría en la situación sanitaria permite hoy, aunque de manera limitada, reanudar las reuniones y la convivencia de todos los vecinos alrededor de una comida al aire libre. De igual manera, la alcaldesa, Carmen Arbesú, espera que los avances en la vacunación permitan dejar atrás otras restricciones y recuperar el pulso habitual de la actividad en el municipio.

Carmen Arbesú, alcaldesa de Langreo.
–Esa nueva normalidad de la que tanto se habló hace meses ¿vuelve a estar cerca?
–Creo que esa es la esperanza que tenemos todos. Si algo aprendimos en esta pandemia es a no dar nada por sentado. Las cosas cambian con rapidez y bajar la guardia, aunque sea de manera mínima y solo por un instante, puede hacernos retroceder cuando el final parece cerca. Ya lo vimos otras veces. Pero ahora soy optimista. La vacunación llegó ya a niveles verdaderamente elevados. En Langreo está vacunado el 81% de la población, el 88% si solo nos fijamos en las personas mayores de 12 años, que son la diana de la campaña. Seguiremos llevando mascarilla, guardando la distancia y social y siendo escrupulosos con la higiene de manos, pero espero que ya no haya retrocesos hacia tasas elevadas de contagios y de enfermos graves.
–¿Respondió Langreo bien a la pandemia?
–A nuestro concejo le tocó su parte de muertes, de casos graves, de sufrimiento y de ciertas consecuencias económicas para muchos autónomos y pequeños negocios. El Ayuntamiento intentó responder con una gran movilización de recursos económicos y con decisiones pequeñas pero significativas, como el permiso para la extensión de las terrazas hosteleras. Reorganizamos el presupuesto de 2020 para inyectar más de 800.000 euros en ayudas a pymes y familias. Las ayudas a las pymes, sin duda, llegaron y cumplieron su función. No descuidamos tampoco a las personas vulnerables. Impulsamos llamadas telefónicas a las personas mayores para que no estuvieran solas durante el confinamiento. Organizamos que les llevaran a casa la compra, medicinas o comidas preparadas. El comedor social atendió a quien lo necesitó. Todo eso supuso un esfuerzo importante de organización y atención para no dejar a nadie atrás. En las ayudas a las familias no hubo las solicitudes esperadas, quizá porque contábamos con muchas y no ha sido así, así que vamos a darles un giro. Reuniremos la mesa de diálogo social para recoger ideas de la patronal, los sindicatos y los partidos políticos. Hay que decir que los casos de emergencia contaban ya desde antes de la pandemia con un escudo social que funcionó. Los servicios sociales trabajan mucho y bien.
–¿Y ahora qué? ¿Cómo sale el concejo de esa situación?
–Sin duda, este año y medio afectó a muchas cosas. Se desvió la atención a lo acuciante y hubo un cierto parón en otras actuaciones, porque los medios del ayuntamiento, como los de las otras administraciones, estaban concentrados en responder a la pandemia. Los servicios municipales están volviendo ahora a su velocidad normal. Pero, además, no es cierto que todo, absolutamente todo, haya estado parado. A pesar de la pandemia, de la reordenación de prioridades y de todas las implicaciones de una crisis así, el trabajo diario ha permitido conseguir en unos pocos meses desbloquear los grandes proyectos que llevaban años atascados: el soterramiento, el nuevo palacio de justicia y la rehabilitación de los Talleres del Conde como espacio comercial y de congresos, cuyas dos primeras fases, financiadas con fondos mineros, ya están aprobadas por el Gobierno del Principado. Los vecinos podrán ver próximamente y con sus propios ojos movimientos en todos en esos frentes. Habrá obras y actuaciones en los tres sitios. No olvidemos, además, un proyecto con menos brillo pero muy necesario. En este tiempo se crearon brigadas específicas para la limpieza y las pequeñas reparaciones de mantenimiento que necesitan los pueblos de Langreo.
–¿Qué sucederá con la térmica de Lada?
–Estos días firmé con enorme pesar la licencia que permite dar inicio a los trabajos para su desmantelamiento. El mundo tiene encima una emergencia climática y, por supuesto, tanto mi partido como el equipo de gobierno que encabezo estamos fuertemente comprometidos con hacerle frente y garantizar el futuro del planeta por el bien de todos. Nadie puede dejar de contribuir a ese esfuerzo, pero me pregunto si el ritmo de la descarbonización tiene en cuenta el impacto de estos cierres sobre comunidades mineras como la nuestra. Esa es la situación en la que estamos y, dentro de ella, seguimos con atención y aportamos ideas a las conversaciones entre el Principado e Iberdrola para que la salida de la empresa no se lleve a cabo sin dejar una alternativa que verdaderamente genere empleo y sea respetuosa con el medio ambiente.

La Alcaldesa, en la sala dedicada a Pedro Duro en el Museo de la Siderurgia.
–¿Y el suelo de Nitrastur?
–Forman parte del todo que se está negociando. Es evidente que nuestra aspiración es que se des- contaminen y queden a disposición de otras empresas que puedan instalarse ahí en el futuro, limpios y libres de cargas. Sucede lo mismo con los terrenos de la térmica en Lada. Hay un diálogo abierto y espero que fructifique. Está claro que Langreo necesita repensar su sector industrial y que podemos aprovechar esta situación para caminar hacia industrias más limpias, aumentar la pureza del aire que respiramos y ofrecer una cali- dad de vida mejor a todos y todas. Hacia ese objetivo van todos nuestros esfuerzos.
–¿Qué objetivo se plantea?
–El concejo necesita una mejora generalizada. Con el declive demográfico hay zonas enteras que se han despoblado y ya nadie cuida de ellas, solo los servicios municipales, que tienen una gran carga de trabajo. La pérdida de población y de actividad económica también se traduce en una pérdida de la capacidad del Ayuntamiento para generar recursos, ya sea a través de los impuestos, ya a través de las transferencias de otras administraciones. Pero en estos meses se nos presentó una oportunidad. Después de muchos años, el Ministerio de Hacienda permite que los ayuntamientos usen su remanente, es decir, sus ahorros, para financiar inversiones. Y eso vamos a hacer. El pleno de julio ya aprobó un plan que contempla actuaciones por valor de ocho millones y medio de euros. Langreo verá muchos avances significativos en el plazo de unos pocos meses.
–¿Dónde llegarán?
–La idea es que financien actuaciones en todas las áreas municipales y en todo el territorio del concejo. Incluimos proyectos que, por falta de recursos, no pueden acometerse con los presupuestos anuales. Esta es una inyección extraordinaria de dinero y tiene que servir para mejoras visibles del concejo. Se apreciarán en los próximos meses porque, para que Hacienda admita el gasto, los proyectos tienen que estar adjudicados antes de que se acabe este año. Tenemos en cartera peatonalizaciones en los distritos urbanos, una ambiciosa mejora del polideportivo de Riaño y de otras áreas deportivas, actuaciones en el parque de Sama, una gran reforma de la plaza Merediz en La Felguera, una mejora de la plaza de abastos, también en La Felguera, inversiones en los equipamientos culturales y una modernización informática del Ayuntamiento para agilizar los trámites y el servicio a los ciudadanos. Y esto no son promesas vanas, sino compromisos ya aprobados por el pleno y con dinero garantizado y reservado para ellos.
–Los datos turísticos de julio y agosto son buenos. ¿Langreo tiene tirón?
–Yo creo que más del que sospechamos. Durante años tuvimos una actitud que nos llevaba a pensar: ¿a quién le va a interesar venir aquí? Pero ahora la hemos superado, tenemos una política turística y una marca de calidad que empiezan a dar frutos. El Ecomuseo de Samuño lleva un verano de récord y ya es bien conocido en Asturias. En junio reabrimos el Museo de la Siderurgia, que es magnífico, tras una inversión significativa que puso fin a años de dejadez y abandono. Y tenemos un recurso de valor incalculable como la Pinacoteca. Otra inversión del remanente contempla reunir la imagen de los tres sitios en un solo portal web. Y en diciembre las jornadas de la fabada se estrenan como Fiesta de Interés Turístico Regional. Ya tenemos dos. La otra es, precisamente, El Carbayu. Es una fuente de actividad económica que no podemos desaprovechar.
Fuente: La Nueva España